miércoles, 24 de agosto de 2016

Javier Hernández

Muchas veces cuando las cosas no salen de la manera que queremos, nos quejamos, y hasta nos regodeamos en lo negativo, en lugar de enfocarnos en las cosas buenas que tenemos. Y precisamente, esta actitud de centrarse en lo bueno que hay en nosotros, en una de las cualidades de Javier Hernández. Tuve la suerte conocerle gracias a Twitter, su testimonio y la energía que transmite en sus entrevistas me fascinaron. Posiblemente, lo que más os llamará la atención es que no tiene brazos, pero no hace falta conocerle en persona para descubrir que su filosofía de vida y la positividad que irradia hacen que solo veas sus virtudes, te das cuenta de que es una gran persona con una energía desbordante. Cómo él refleja: lo importante no son las cosas que nos faltan, sino lo bueno que tenemos y el potencial que podemos sacarle. Y desde luego Javier, ha sabido plasmar su actitud en sus logros. A pesar de no haber participado antes en una competición de natación, y tras unos de años de esfuerzo, consiguió ser finalista en los juegos paralímpicos de Londres 2012. Otra de sus metas cumplidas ha sido ser la tercera persona en Europa en conseguir el carné de conducir con los pies. ¿No os parece una persona digna de admiración? Y no solo porque se ha superado a si mismo, sino porque nos está dando a todos una gran lección. Nunca es tarde para alcanzar las metas que soñamos, con esfuerzo y dedicación todo es posible.


Os invito a que le conozcáis un poco más en este vídeo y en el enlace de su página web:





martes, 9 de agosto de 2016

El poder de los sueños

¿Quién no ha soñado alguna vez en llegar a metas lejanas y alcanzar los sueños distantes? Yo creo que todos, pero llega un punto en nuestras vidas que nos topamos con la realidad y las ilusiones se desvanecen. Muchos de vosotros sabéis que el subtítulo de mí libro es: “Un camino lleno de sueños y metas”, y no ha sido casualidad que eligiera esta frase, como los que habéis asistido o visto el vídeo de mi presentación comprenderéis lo que simboliza.
Este tema es muy importante. Vivimos en una sociedad que nos inculca a esforzarnos a ser mejores (casi a toda costa), dándonos prioridad a las opciones que sean más rentables, y dejando de lado lo que nos hace felices. ¿Y para qué? Para gastar y consumir el dinero en cosas que supuestamente nos ayudan a ser mejores o para ocultar nuestros defectos. Nos envuelve la rutina y el estrés por subsistir día a día... Y acabamos olvidándonos de nuestro niño interior... O lo que es peor nos confunden haciéndonos creer que nuestro sueño es tener más y más.
Estamos demasiado influenciados por las películas que nos hablan de personajes heroicos, que tras un gran esfuerzo acaban consiguiendo sus mayores deseos (y eso no me parece mal), lo malo es cuando empezamos a compararnos con personajes de ficción.
La vida es mucho más que cumplir sueños o alcanzar metas, la vida es un camino que hay que disfrutar en cada paso. Claro que encontraremos piedras y rosas con espinas, pero tras cada fracaso o situación dolorosa habrá una experiencia que nos enriquecerá. Así que os animo a que soñéis y actuéis, siguiendo vuestros deseos. Yo pienso que la clave está en la razón y el corazón, y aunque se tarden cien años todo acaba llegando. Por supuesto que hay esforzarse y trabajar duro, pero intentando mantener la chispa de nuestras pasiones. Miradme a mí, yo jamás pensaba que iba adelgazar, y sin embargo, ahora peso 130 kg menos que aquel muchacho que casi se dio por perdido. Y mis sueños no acaban ahí, tengo muchos, y uno de ellos es ser un escritor profesional. No sé si lo lograré, pero pienso disfrutar de cada historia que cree, y si la cosa me sale mal siempre tendré otras opciones disponibles. Por eso os digo que no pospongáis más vuestros objetivos, aunque sea poco siempre se puede hacer algo cada día para estar más cerca de ellos.

Despido este post con una cita de Albert Espinosa: “Si crees en los sueños, ellos se crean”. :D