Un libro
que trata del estigma provocado por el SIDA en una familia de clase
alta. El protagonista es un niño de 11 años que nos cuenta a modo
de relato como ve él todo el proceso de la enfermedad de su hermano
mayor, desde el contagio hasta la muerte.
Nos
quedamos un rato en silencio, envueltos en el perfume de las hierbas.
Hasta que le pregunte. -¿Por qué nunca hablamos de Ezequiel? Apoyo
las cosas en el piso con mucha calma. Estiro su mano como para
acariciarme. Me miro. Bajo la mano. Luego la vista y dijo en un
susurro: - Hay cosas de las que es mejor no hablar.
Cuando
escribo me gusta dejar que fluyan las palabras una vez que tengo la
estructura en mi mente lo voy plasmando en el papel. Me encanta que
las letras nazcan por si solas, por ejemplo: cuando trabajo en una
novela, narro lo que siento según como me salga, con errores y mal
escrito (incluidas las infinitas faltas ortográficas o palabras que
me he comido). Antes tenía la manía de ir revisando según lo
escribía pero ese me ralentizaba mucho, lo que hago ahora es
escribir según vaya saliendo, y una vez terminado empiezo a
revisarlo o en algunos casos dejo el texto en reposo durante unos
días. De esta manera una vez que empiezo a revisar tengo una
perspectiva más amplia y puedo editarlo mejor. A mi lado exigente le
cuesta adaptarse a este método, pero si me pongo quisquilloso siento
que no estoy disfrutando del proceso de creación. Suelo ser muy
estricto conmigo mismo, y de alguna manera me quiero esforzar para
que quede de la mejor manera, para que mis lectores no se sientan
decepcionados con mis textos, pero esa presión que yo mismo me meto
hace que consiga el efecto contrario. ¿De qué me va servir
escribir perfectamente, si lo que he plasmo no me sale del corazón?
Es todo un proceso que hay que disfrutar poco a poco, ya que si como
autores no somos capaces de conectar con nuestra obra al trabajar en
ella, mucho menos conectaran los lectores.
Tenía
muchas ganas de leer algo de Javier Muñiz desde que lo conocí por
su canal de YouTube, donde aporta consejos relacionados con la
escritura y varios temas para emprendedores. Antes de comenzar el
libro, pensé que sería únicamente de temática romántica, aunque
al leer la sinopsis me llamó la atención que su protagonista
tuviera un blog. Es una novela donde hay amor y desamor, pero no se
limita a eso hay grandes dosis de misterio y acción. Lo cierto es
que al principio los acontecimientos van por ese camino, sin embargo llega
un punto en la novela en que de pronto la trama pega un giro
sorprendente. Otro detalle que me ha gustado, es que las redes
sociales y las nuevas tecnologías han estado muy bien integradas en
la novela. De hecho, tengo entendido que el autor recibió ayuda de
algunos de sus lectores desde la red, e incluso ha añadido algunos
de sus comentarios en la historia. Me ha parecido algo original y
creativo esta colaboración, haciendo esta obra mucho más cercana
para el público. Igualmente algunos acontecimientos o temas que se
tocan durante la trama, en cierto modo, nos invitan a reflexionar.
Tengo entendido que habrá una segunda parte, estoy seguro de que
Javier nos volverá a sorprender.
¿Y
si un inocente blog pudiera destruir todo aquello que amas?Sumida en
una enorme depresión, la estudiante de segundo curso de medicina,
Colette Renard, comienza a escribir un blog, anónimo, sobre su vida
amorosa, que gira en torno la repentina desaparición de Ángel, el
encantador chico con quién tuvo un romance de verano y del que
se había enamorado perdidamente.Para su sorpresa, y la de sus dos
compañeras de piso, el blog se convierte en un éxito tan abrumador
y repentino, entre los adolescentes parisinos, que la prestigiosa
revistaLa Nouvelle Femme le ofrece el trabajo de sus sueños como
redactora.La situación, que parecía empezar a tornarse idílica, se
complica cuando las redes sociales se vuelcan en intentar localizar y
descubrir la identidad del desaparecido muchacho quien, en realidad,
no era quien decía ser.¿Qué ocurriría si pusieras en el punto de
mira a alguien que debería permanecer en el anonimato?
Cuando
uno piensa en videojuegos sobre la primera guerra mundial o cualquier
otro conflicto bélico, se imagina un escenario sangriento, con
tiroteos y personajes que solo les preocupa matar por matar, al menos
ese es el concepto que tengo o tenía. En el caso de este juego
ambientado en la gran guerra, es una excepción. Creo que en todos
los sentidos es una obra maestra, que nos transporta a tiempos duros
de nuestro pasado, tiempos que no deben ser olvidados, y nos pone en
la piel de varios protagonistas. Lo más importante de este juego es
que nos refleja la cara más humana desde una perspectiva sensible, y
a veces dura. Gráficamente también esta a la altura de un modo
original, el estilo es similar a un comic, y hechos con el mismo
motor gráfico que el Child of ligth. Tendremos que completar puzzles
para avanzar en la historia. Destacaría también que según
avancemos conoceremos detalles históricos, es una obra muy
instructiva. El juego esta disponible para las siguiente plataformas:
IOS, Android, PS3, PS4, Xbox 360 y Xbox One. En las versiones móviles
podéis jugar el primer capítulo gratis. Además, incluye un comic
interactivo, Valiant Hearts: Perros de guerra. Es una breve precuela
sobre uno de los personajes. Toca el tema de los animales durante
estos conflictos, y seguro que no os deja indiferente, a mi puso los
pelos de punta.
Os
lo recomiendo, pocos videojuegos me han emocionado tanto como lo ha
hecho este.
Sinopsis:
Descubre
una conmovedora historia que tiene lugar durante la Primera Guerra
Mundial y que implicará a varios personajes cuya vida cambiará para
siempre.
Esta
una historia de destinos cruzados y un amor roto en un mundo hecho
pedazos.
Todos
intentarán sobrevivir al horror de las trincheras siguiendo a su
fiel compañero.
En
Valiant Hearts las vidas de todos estos personajes están
inextricablemente cohesionadas a lo largo de todo el juego. La
amistad, el amor, el sacrificio y la tragedia se suceden a medida que
cada uno intenta ayudar al otro para preservar su humanidad en medio
de los horrores de la guerra.
Irene
Villa, es una de las personas que más admiro por su fuerza de
voluntad y su testimonio. Conocía parte de su historia y su
trayectoria, todas las entrevistas que había visto de ella me
transmitía una energía positiva casi mágica. Ella es un gran
referente para muchos, a mí desde luego me está inspirando mucho.
Esta obra ha sido el primer libro que he leído de ella, y lo cierto
es que hacía mucho que no encontraba una historia tan lúcida,
profunda y sincera, o mejor dicho historias, ya que cada capítulo
está centrado en un personaje. Todas las vivencias que desbordan
cada página te sacuden el alma y te hacen reflexionar sobre lo que
seríamos capaces de lograr si superamos las barreras que nosotros
mismos nos ponemos. Cada parte es un principio duro, pero encierran
una valiosa lección: que de cualquier situación se puede salir
adelante, y además, fortalecidos. Lo que más me ha gustado es que
Irene toca varios temas: accidentes, discapacidad, drogas, sexo,
trastornos alimentarios, enfermedades, superación, aceptación, etc.
Aunque mi testimonio personal no tenga mucho que ver con estas
historias porque en comparación no ha sido tan dramático, me he
sentido muy identificado, hay un punto en que uno toca al fondo y la
única opción es remontar y seguir para adelante, me ha recordado a
todo lo que aprendí cuando superé la obesidad.
Una
lectura que todos deberíamos leer, aunque sea solo para comprender
otros puntos de vista, sentirnos motivados para ayudar a los demás y
mejor con nosotros mismos.
Sinopsis: Tras
contar su terrible experiencia en Saber que se puede, Irene Villa se
enfrenta a un nuevo reto: volver su mirada y pasar por el tamiz de su
experiencia siete historias de siete personas que nunca creyeron que
su vida iba a sufrir un vuelco dramático. Y mucho menos pensaron que
ese revés del destino sería la llave que le s diera acceso a
una vida mucho mejor que la que tenían antes, más plena e
infinitamente más feliz a pesar de las limitaciones. Un libro no
sólo oportuno, sino también necesario.