Sinopsis:
Anna
es una chica solitaria, sin amigos, que vive con sus padres
adoptivos. Un día es enviada con el señor y la señora Pegg. Allí,
donde se extienden las dunas de arena, conoce a una chica llamada
Marnie, quien pronto se convertirá en su mejor amiga. Habiendo
aprendido muchas cosas sobre la amistad, Anna se dará cuenta de que
Marnie no es quien parece... (FILMAFFINITY)
Para mí
las películas del Estudio Ghibli son sinónimo de obras de artes y
un deleite para los sentidos. Os puedo asegurar que este largometraje
no es menos y está a la altura de la compañía japonesa, es más,
voy a mojarme y decir que es mi película favorita de Ghibli. La
verdad es que cuando tuve la oportunidad de verla, no quise tener
muchas expectativas, había oído criticas de todos tipo, así decidí
que simplemente la disfrutaría sin juzgarla, pero cuando empezaron
las primeras secuencias, me enamoré. Hacía bastante tiempo que una
historia no me atrapaba de esta manera, casi me sentía cómo un niño
de la emoción que me transmitía. Los paisajes que aparecen, a pesar de ser
dibujos, están llenos de vida, como nos tiene acostumbrada la
compañía de Miyazaki. Es una de las cosas que me fascinan del
estudio nipon, reflejan la sencillez de la vida en cada escena.
Tampoco quiero contaros mucho de la trama, pero me encanta la
relación de amistad que tienen ambas protagonista, y el inesperado
giro que pega la trama. Os confieso que es la primera película en la
que no sale ningún animal, que me ha sacado alguna que otra
lagrimilla. Merece la pena ver “El recuerdo de Marnie”, os la
recomiendo y espero que os guste tanto como a mí.